Capítulo 92. Estoy tratando de traerla.
Izan
El salón olía a café recién hecho y tensión.
Mi madre y mi tía discutían en voz baja sobre lo ocurrido con Trina cuando el teléfono vibró en mi bolsillo.
—¿Ahora qué? —gruñí, con la mandíbula apretada.
Pero al ver el número, se me heló la sangre. Era uno de los contactos de confianza en la finca. Una de las mujeres que ayudaban a cuidar a Elizaveta. Atendí de inmediato.
—¿Sí?
“¡Señor Izan!”
La voz de una mujer, desesperada, casi llorando, se escuchó al otro lado de la línea; pronto supe que era la misma con la que dejé atendiendo a Elizaveta. Su tono hizo que el miedo se agitara dentro de mí, mientras rogaba que la chica no hubiese muerto, pero lo que escuché después fue peor.
—¿Qué pasó?
“¡Se la han llevado!”
Me puse de pie tan rápido que la silla cayó al suelo.
“¡Ese bastardo de Edoardo! Vino con órdenes del señor Dante y se la llevó, a la fuerza. ¡Está herida! No podía ni caminar bien, por favor, haga algo, señor Izan. ¡Esa pobre niña…!”
—¿Qué dijiste?
“¡La está maltratand