Capítulo 132. La guerra apenas había comenzado.
Verónica
Me quedé viendo a Enrico, aunque él había tomado su decisión, yo tenía mis propios planes.
—Debemos buscar donde encontrar a Dominic, ya tengo a varias personas investigando los posibles lugares donde localizarlo —confirmó Enrico.
La furia en el rostro de Enrico era volcánica. Su mandíbula se tensó, los ojos se entrecerraron, y golpeó la mesa con ambos puños. Todos en la sala dieron un respingo, menos yo.
—¡Dominic Ivankov no va a salirse con la suya! —bramó él—. No sabe con quién se metió.
Fue ahí. Justo ahí. Cuando supe que era el momento de hablar.
Caminé calma, mientras emitía un leve suspiro. Todos me miraron. Incluso Dante, que apenas levantó la cabeza, los ojos rojos, los labios apretados, por tanto, contener lo que lo devoraba por dentro.
—Sé dónde está Ivankov —dije.
La frase cayó como dinamita.
Su padre giró lentamente, con los ojos como cuchillas.
—¿Qué dijiste?
Di un paso hacia la mesa. La madera aún vibraba por su golpe. Lo miré directo a los ojos, sin miedo.
—Pue