"-Aliceee, espérameeee-
-Ja, no me pillas, no me pillas, baaa, eres muy lentorro pequeño Ian-
La niña morena de piel tostada y seis años huía de un niño de no más de tres, también de piel tostada, pero cabello castaño oscuro y orbes azul cielo.
-Aliceeeee, no corras tantoooo- lloriqueaba el pequeño.
De pronto, no vio una piedra en mitad del jardín y tropezó con ella yendo a caer de bruces a la tierra.
El llanto del niño hizo detenerse a la niña, quien al darse la vuelta y verlo tirado en el suelo, llorando, corrió hacia él...
-¡Ian, Ian!-
Tirándose de rodillas ante éste, vio horrorizada que las rodillas del pequeño estaban heridas.
-No llores, no llores Ian, mira, yo te curo-
Alice posó sus manos en las rodillas del pequeño...
Y como por arte de magia, las heridas se cerraron.
-¿Lo ves? Te he curado- sonrió ella.
Ian se lanzó al cuello de l