Le pesaba el cuerpo.
Apenas si podía moverse.
Pero pudo abrir los ojos y giró la cabeza.
Allí, sentado frente a él, vio al abogado, quien le miraba fijamente.
Vio que se tocaba el vientre.
-¿Lo...lo sabes?- la voz le salió con dificultad.
-¿Cómo... cómo es...posible?- titubeó Jason.
Christian apartó la vista de él.
-No tienes por qué...tenerlo-
A Jason le temblaron los labios.
-¿Sabes? Te...te odio, odio la clase de persona que eres, odio lo que me has hecho, odio...odio lo que eres y...me odio a mí mismo por...sentir que no puedo dejar de sentir lo que llevo sintiendo desde que...me forzaste-
Christian volvió el rostro hacia él.
-Lo siento, lo siento-
Jason vio cómo de los ojos de su "violador" brotaban lágrimas.
Levantándose de la otra cama vacía, anduvo hacia él, tomó asiento a su lado y dijo:
-Esto no se arregla con un "lo siento"-
-Lo sé- Christian cerró los ojos, h