26. PENSANDO
MARGARETH
El reloj marcaba una hora indecente, y aun así, mis ojos seguían abiertos.
No hay forma de dormir con esta tormenta instalada en mi cabeza.
La mansión descansa, pero mi mente no calla.
¿Qué demonios acaba de pasar esta noche?
¿Acaso al renacer me convertí, sin quererlo, en la tonta protagonista del romance?
No. No pienso aceptarlo.
Las protagonistas son ingenuas, crédulas, lloran por amor y viven pendientes del beso perfecto.
Yo no.
Yo fui la villana, y las villanas siempre son más interesantes. Planeaba sobrevivir y vengarme.
Pero ahora, a ojos de todos, ¿de qué me voy a vengar? ¿De algo que ellos realmente no han hecho? Liam y Lizzy son versiones diferentes de los primeros y aun así tienen el potencial de maldad en ellos.
Recuerdo la humillación, la manipulación, las piedras frutas podrídas golpeando mi cabeza y luego...la muerte.
Me preparé para escapar del príncipe heredero, no para terminar enredada otra vez en su historia.
Y ahora, el destino —o el libro, o quien se