JOSEFINA:
Morgaine, abrumada por la revelación y las emociones que surgían en su interior, permaneció en silencio, sopesando mis palabras y el giro inesperado que estaba tomando su vida. La decisión que tomara en ese momento cambiaría no solo su futuro, sino también el de su hijo.
—Soy un hombre soltero que vive solo —añadió el juez, con determinación—. Prefiero que sea usted quien cuide de Daniel y creo que comprenderá el motivo. El futuro de nuestro hijo puede verse afectado si este asunto se divulga. Morgaine finalmente rompió el silencio al escuchar que todo lo que le pedía era por el bien de su adorado hijo. No queriendo separarse de Daniel, tomó una decisión. —Si lo que dice es cierto, si realmente quiere enmendar el daño causado, entonces... —hizo una pausa, respirando profundamente— estoy dispuesta a intentarlo. Por Daniel, por mí, por la oportunidad de tener la vida que nos fue arrebatada por Amaya. Asentí con aprobación mientras