203. LA MODELO GERALDINE
IVORY:
Desde mi lugar junto a mi gente, vi cómo, para asombro de la modelo Geraldine, varios agentes de policía que patrullaban la zona se acercaron rápidamente, con rostros serios y amenazantes dirigiéndose a ella.
—Señora, va a tener que acompañarnos —dijo uno de los oficiales, dirigiéndose a Geraldine—. Está causando disturbios en un área pública.
—¿Qué? ¿Cómo se atreven? ¿Saben quién soy yo? —exclamó Geraldine, indignada.
—No nos importa quién sea, señora —respondió otro policía—. Las reglas son para todos. Si no se calma, tendremos que detenerla por desorden público.
Observé la escena con una mezcla de satisfacción y sorpresa. Nunca pensé que Martina me defendería, pero aquí estaba, enfrentándome a una de las modelos más famosas del país en su nombre, solo porque la menospreciaba. Podía discutir conmigo, pero no permitía que una desvergonzada de esas que tanto daño le estaba haciendo a la moral de la familia se presentara allí a armar un alboroto.
—Esto no se quedará así —amen