IVORY:
Ilán colgó el teléfono y se acercó a nosotros con una sonrisa en el rostro. Algo bueno debía pasarle para que su rostro resplandeciera así, pensaba, celosa.
—Leila dice que nos desea suerte —anunció Ilán con naturalidad, mientras daba un sorbo a su café. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Por qué Leila estaba tan presente en nuestras vidas? ¿Por qué Ilán parecía tan feliz al hablar con ella? Luego me detuve un momento. Él la había mencionado en mi presencia; ¿la conocería yo?—Vamos, no podemos llegar tarde —dijo, tomando su abrigo y colocando el mío sobre mis hombros.Asentí y me levanté de la silla. Mientras caminábamos hacia el coche, no pude evitar mirar a Ilán. ¿Era posible que me estuviera engañando? ¿