— ¿Dónde me llevas? — le pregunté
— Vamos a tomar una copa, como buenos primos y creo que lo necesitas — me dijo
— Te lo agradezco, pero prefiero irme a mi casa — le dije
— Venga prima, no seas así, está esa víbora de Claire en tu casa, sin que mi primo haga nada por echarla y tu ¿vas a soportar esa vergüenza? solo una copa y te prometo que después te llevo a tu casa — me dijo
— Solo una, que me conozco muy bien, la bebida y yo no somos amigas — respondí
Bartolo aparco el coche al lado de un club que yo no conocía y donde el cartel de neón que había afuera, no se podía ver bien por estar la mitad de las palabras rotas, entramos en el club, acercándose a nosotros una mujer ofreciéndonos dos máscaras
— Bartolo, no me gusta esto quiero marcharme de aquí, por favor — le dije
— Anda no seas tonta, mira la ventaja, nos tomamos la copa sin que nadie te reconozca y vaya a mi primo con el cuento, vamos Alexandra, solo una copa y nos marchamos — me dijo
— Pues en eso, te doy la razón, pero sola