Capítulo 19.
POV Mila
El tiempo en el hospital parecía trancurrir de otra manera. Una semana podía sentirse como un año, o como un parpadeo. Los días se confundían con las noches, los relojes dejaban de importar, y lo único que contaba era ese pitido constante que confirmaba que Nicolás seguía aquí, aferrado a la vida.
Ya no tenía tubos atravesándole la garganta. Respiraba por sí mismo, aunque el coma inducido mantenía sus ojos cerrados y su cuerpo inmóvil. Los médicos eran claros: solo restaba esperar. Su organismo estaba respondiendo, poco a poco, como si desde adentro se tejiera un milagro.
Eso me daba calma, aunque mínima. Cada vez que lo miraba, mi corazón oscilaba entre la esperanza y el miedo. Le hablaba como si pudiera escucharme, le contaba de mis días, de las pequeñas cosas, del café que me traía mi madre cada mañana o de las bromas sin gracia de las enfermeras.
Había hecho del hospital una rutina. Me vestía allí, comía allí, dormía en el sofá incómodo junto a su cama. Mi madre me llevab