El día de la boda amaneció claro y sereno, como una bendición sobre los amantes. No fue una ostentosa ceremonia chaebol con cientos de invitados y una cobertura mediática voraz. Jae-hyun y Ji-woo habían elegido un camino diferente, uno que reflejaba la esencia de su amor: íntimo, significativo y profundamente personal.
El lugar elegido fue el Hanok "Flor de Loto", el mismo donde Lee Mi-sook y Ji-woo habían tenido su memorable encuentro. El patio central, adornado con delicadas linternas de papel y flores de loto en floreros de cerámica, creaba un ambiente de paz y belleza tradicional. Las melodías de un gayageum y un daegeum flotaban suavemente en el aire, envolviendo a los pocos invitados en una atmósfera de ensueño.
Ji-woo, radiante, llevaba un moderno hanbok de seda color crema, diseñado por ella misma. Era elegante en su simplicidad, con bordados sutiles que representaban las flores de loto y las grullas, símbolos de pureza y longevidad. Su cabello estaba recogido en un moño bajo,