La Torre Haneul se sentía extrañamente silenciosa para Lee Jae-hyun. Las batallas corporativas habían sido ganadas. Las figuras que habían envenenado su vida y la de Ji-woo, su tío Chan-woo y Choi Seo-yeon, habían sido neutralizadas. La reputación de Haneul, aunque magullada, comenzaba el lento proceso de sanación. Pero la victoria se sentía vacía, como una sinfonía sin su melodía principal.
Había pasado días y noches sumergido en el trabajo, desmantelando la red de mentiras. Cada acción, cada movimiento estratégico, había sido impulsado por una única motivación: limpiar el camino, no solo para su empresa, sino para la posibilidad de recuperar a Ji-woo. Su corazón, que antes había sido una fortaleza inexpugnable, ahora era un campo minado de arrepentimiento y anhelo.
Después del encuentro en Insadong, Jae-hyun había comprendido la profundidad del dolor de Ji-woo. Su huida no había sido un simple rechazo, sino un grito silencioso de una herida profunda. Necesitaba hablar con ella, no p