Se pone seria y me mira —no es fácil, también lo es el parto y la maternidad. Recuerdo lidiar con la depresión posparto. No podía mirar a mis hijos. Ni siquiera podía estar en la misma habitación que ellos. Comí menos y lloré más. Recuerdo mirarme al espejo y llorar todo el tiempo. Zane tenía que alimentar a los niños con la botella de leche que yo guardaba.
—No fue fácil pero perseveré. Lo hice. Recibí ayuda y me volví más saludable. Amo a mis hijos y mi cuerpo. Tienes suerte, probablemente podrías dar a luz a uno. Tuve tres a la vez —exclama entre risas. —No necesitas tener miedo, ¿de acuerdo? Tómatelo con calma y estará bien.
Me encuentro en un espacio oscuro. Tan oscuro que no podía ver mis manos delante de m&ia