Casper toma mi mano con fuerza —no estás bien — dice mientras me mira — ¿Qué ocurre? Háblame.
—Dakota — susurro y trato de contener las lágrimas, pero se deslizan por mi mejilla de todos modos. Suelta mi mano y limpia mi lágrima con su pulgar mientras acuna mi mejilla. Presiona su frente contra la mía —Lo siento —susurra.
—No es tu culpa —le susurro de vuelta.
— ¿Debería quedarme contigo? Puedo tener al comandante de escolta de Víctor Fabián en su lugar —pregunta, estoy preocupado.
Sacudo suavemente la cabeza —Estaré bien. Tienes cosas que atender y cuando finalmente vuelvas a casa, me lo compensarás, ¿de acuerdo?
—No me si