Mundo ficciónIniciar sesiónEra media mañana cuando Julian salió al pasillo del edificio con Damian en brazos, el bebé recién cambiado, oliendo a crema suave y a sueño tibio. Llevaba una manta sobre el hombro, la camiseta arrugada y esa mezcla entre torpeza y orgullo que define a los hombres que están aprendiendo a ser padres en tiempo real.
El pasillo estaba silencioso, la alfombra impecable, la luz natural entrando como un suspiro.
Un domingo cualquiera… por fuera.
Por dentro, Julian sentía que la tierra estaba girando un poco más rápido de lo normal.
Damian bostezó, pequeño y solemne.
Julian lo acomodó mejor.
Y tocó el timbre del departamento de M







