—Pues la ceguera se puede curar, hermanito —advirtió Richard—. Solo tenemos que pensar en un buen plan.
Elliot puso cara de asesino a sueldo, y se echó hacia adelante con los codos en las rodillas.
—¿Qué tienes en mente? —preguntó.
—¿Recuerdas a Steven Harris? —respondió su hermano.
—¿El que sac