Nick ni siquiera podía articular una palabra, y realmente agradecía que a Jack le gustara el café frío porque Valeria lo había dejado empapado.
—¿No vas a decir nada? —lo increpó ella.
—Sí, te estoy siguiendo —murmuró él, mirando al frente y apretando el volante.
—¿Y lo dices así? ¿Tan frescament