Mundo ficciónIniciar sesiónLa carta quemaba bajo el colchón como secreto físico que Mariana no podía ignorar. Tres días habían pasado desde la partida de Tariq, tres días de pretender normalidad mientras el peso de ese papel escondido se hacía más pesado con cada hora.
Había encontrado el lugar perfecto: entre el colchón y el somier, en esquina que nadie revisaría durante cambio rutinario de sábanas. Lo suficientemente oculto para estar seguro. Lo suficientemente accesible para que pudiera tocarlo cuando la tentación se volviera insoportable.
Y la tentación venía. Oh, cómo venía.
En momentos tranquilos cuando Khaled trabajaba tarde. Cuando los niños dormían y el palacio se asentaba en silencio







