UN BESO.
-Moría por volver a bailar contigo, esto tengo que confesarte, si fue idea mía, dijo Omar sonriendo mientras con sus brazos sujetaba la pequeña cintura de Marian.
-Y yo, dijo ella con una voz casi inaudible con los brazos en el cuello de Omar.
Aquel aroma a loción, que no se había quitado de sus recuerdos desde el día que bailaron por primera vez en la cena de caridad, había vuelto a impregnarse en su ropa y piel, ella se sentía feliz de estar en los brazos del hombre al que amaba, aunque no quisiera hacerlo.
Omar no quería arruinar el momento o que Marian se alejara de él recordando lo sucedido en Colombia, él no se lo perdonaba, era por esta razón que temía besar a Marian y que ella lo rechazara, si bien la chica tenía un corazón de oro y parecía que lo había perdonado, él aun no podía hacerlo.
¿Omar, que sucede, tu respiración es cada vez mas fuerte? Dijo ella escuchando el corazón de Omar acelerarse.
-Ay Marian, solo tengo un deseo gigantesco de besarte, dijo él siendo sincero.
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