-A ver por donde comienzo, ¿sabes que eres la primera persona aparte de Antón y yo quien viene a este lugar? Te tengo algo de miedo Marian Kent, aun sabiendo quien es tu marido y que eres una mujer casada, te traje a mi lugar especial, desde el día que te besé, te tengo en mi cabeza, no te he podido sacar de acá, dijo tocando su cabeza graciosamente.

Mis conocidos se reirían de mi al ver en lo que me he convertido, pensando en una mujer casada con nada más y nada menos que Landon Drope, el gran empresario, te imaginas.

-Por favor Omar, no sigas.

-Para eso estamos aquí Marian, necesito que me escuches y escucharte yo también, tengo que poner mi cabeza en orden y saber qué piensas tu, solo el hecho de pensar que estas del otro lado de mi oficina, a una pared de distancia, que con abrir una puerta ya podré verte, pierdo la cabeza, no sé si me entiendes.

Sé que algo te sucede conmigo, porque cuando me acerco a ti, tiemblas, te pones nerviosa, no me miras a los ojos, siempre tratas de evad