Capítulo 26: Los días pasan

Los días transcurren lentos y pesados, como si cada hora fuera una prueba que debo superar junto a mi hijo. Desde que comenzó el tratamiento, Liam ha tenido que soportar procedimientos que ningún niño de seis años debería vivir.

Las enfermeras entran con sus bandejas de medicamentos, a veces con jeringas, otras con máquinas que emiten pitidos y luces que me aterran. Él me busca con la mirada cada vez que escucha el ruido del metal, y yo me acerco de inmediato.

Le acaricio el cabello, le susurro al oído, le invento historias de superhéroes que vencen monstruos, incluso le prometo que cuando todo esto acabe iremos al parque y se subirá en todos los columpios hasta cansarse.

—Mami, no quiero más agujas —me dice con la voz quebrada, y se me rompe algo por dentro.

Lo tomo de la mano y respiro hondo.

—Amor, sé que no es justo, sé que duele… pero esto es para que te mejores, ¿sí? Eres fuerte, mi campeón. Más fuerte que cualquiera de esos monstruos de las histor