Capítulo 15: Mantente en línea, Ava
Logan toma del brazo a esa mujer y la acerca hacia sí con tanta calma. Oigo que murmura algo en su oído, pero no escucho lo que le dice. Ella sigue gesticulando, ofendida todavía por los zapatos manchados, pero al sentir su mano guiándola hacia el área privada, se deja llevar.
Sus pasos resonando con esos tacones son la prueba de que, para ella, toda la atención del lugar debe girar a su alrededor.
Yo sigo aquí, inmóvil, viendo cómo desaparecen tras la puerta de cristal ahumada que separa el salón del área exclusiva. La escena me arde en los ojos.
No debería dolerme tanto, pero me duele. Verla aferrada a su brazo como si fuera suyo, verlo a él aceptando el papel de su hombre, me rompe más de lo que quiero admitir.
De pronto, un chasquido seco frente a mi cara me saca del trance.
—¡Mitchell! —la voz áspera del gerente me golpea como un balde de agua helada. Está a centímetros de mí, mirándome con fastidio—. Llevo rato llamándote. Muévete, mujer, ve