Capítulo 120: Por fin existe la calma
El tiempo no borró las cicatrices, pero sí les enseñó a vivir sin que dolieran a cada paso.
Pasaron varios meses desde aquella noche en la que todo se quebró y, al mismo tiempo, se recompuso. El mundo siguió girando, indiferente al caos que había dejado Richard Langford tras de sí, pero para Logan, Ava y los niños, cada amanecer desde entonces tuvo un significado distinto. No fue inmediato. La tranquilidad no apareció de repente. Se construyó, día tras día, como se construyen las cosas verdaderas: con paciencia, con miedo todavía presente, con silencios que sanaban más que las palabras.
Richard no volvió a ser el hombre que había sido. El proceso legal fue largo, pero implacable. Las investigaciones sacaron a la luz años de maniobras ilegales, fraudes financieros, abuso de poder, acuerdos oscuros y cuentas que jamás debieron existir. El imperio Langford, que durante décadas había parecido intocable, cayó como una torre hueca. No quedó nada que sal