Capítulo 23. Olivia comienza a reaccionar
El amanecer ya había teñido los ventanales de la hacienda con una luz dorada. Cassio seguía allí, sentado a un costado de la cama, con la espalda encorvada y los ojos hundidos por la falta de sueño. Sus dedos sostenían la mano de Olivia con la terquedad de un hombre que no estaba dispuesto a dejarla ir… pero que también le daba miedo aferrarse a ella.
¿Por qué? ¿Por qué… tuvo que ser así? Se cuestionó a sí mismo. ¿Por qué tuvieron que nacer sentimientos por la misma mujer que… fue tan culpable como aquellos de la muerte de estrella?
Volvió a mirarla. Su tez era la de un ángel, la de… alguien incapaz de hacer daño a nadie. Alguien… que había sido suya en la cama, que durmió bajo sus sábanas y se adueñó de su ser sin poder evitarlo.
Ya era muy tarde para negarlo, y eso estaba quemándole la piel.
De pronto, un movimiento leve lo sacó de sus pensamientos. Olivia gimió suavemente, su frente perlada de sudor, sus párpados pesados temblando como si batallaran por abrirse. Cassio se enderezó e