C87- EL DEBER DE UNA ESPOSA.
C87- EL DEBER DE UNA ESPOSA.
Eros estaba sentado detrás de su escritorio con los ojos fijos en el contrato que separaba a ambos hombres y cuando habló su voz fue baja, calculadora, cada palabra medida al milímetro.
—Si no podemos garantizar un retorno del veintidós por ciento en los primeros tres trimestres, el acuerdo no tiene sentido —dijo, sin pestañear.
El elegante hombre delante de él, abrió la boca para responder, pero un golpe en la puerta interrumpió la conversación y Eros apretó la mandíbula.
—Pierre, ya te dije que no quería interrupciones —gruñó, sin apartar los ojos del documento.
Pero la puerta se abrió de todos modos.
—Bueno, pero si el empresario más ocupado de Paris no hace tiempo para almorzar, alguien tiene que traerle la comida y esa debe ser su esposa —dijo una voz dulce y juguetona.
Eros contuvo el aire, porque al mirar, Lucy estaba en la puerta, con dos bolsas de papel en una mano y una sonrisa que le hacía cosquillas en el estómago sin aviso. Llevaba un vestido