C51- UN HOMBRE COMO EL.
C51- UN HOMBRE COMO EL.
Tres días después, Camille empezó a trabajar con Stefan. Pensó que pasaría los días revisando papeles sucios o siendo usada de adorno en alguna oficina elegante, pero se equivocó. Le sorprendió ver que parte de los negocios de Stefan eran legales, con estructura, contratos y hasta contabilidad organizada.
—¿Por qué esa cara? —se burló él cuando la vio fruncir el ceño frente a una carpeta—. ¿Pensabas que todos los empresarios legales son santos? Créeme, los más turbios tienen oficinas en torres con vista al Sena.
Camille no respondió.
Estaban en su estudio, revisando balances del último trimestre. Ella ya estaba concentrada, anotando, subrayando y calculando.
Mientras Stefan la observaba en silencio, hasta que le preguntó:
—¿Tú entiendes todo esto?
—Estudie contaduría —dijo sin alardear, con la mirada aún clavada en los números.
Él se quedó en silencio unos segundos y luego fue hasta el archivador, sacó más carpetas y se las pasó.
—Entonces vas a ayudarme con es