Mundo ficciónIniciar sesiónTamara despertó con dolor de cabeza pulsante y boca que sabía a metal. No recordaba haber sido sedada, pero el hueco en su memoria lo decía todo: del auto con Elena hasta... aquí.
¿Dónde era aquí?
Se sentó lentamente, cada movimiento enviando ondas de náusea. La habitación era minimalista: cama donde había despertado, silla junto a ventana, mesa pequeña con botella de agua. Paredes blancas. Piso de madera. Ninguna decoración, ninguna personalidad.
Prisión elegante.
Se tambaleó hacia la ventana. Afuera, Moscú se extendía bajo manto de nieve. Edificios que no reconocía. Calles que no había visto. Podría estar en cualquier lugar de la ciudad.
Probó la puerta. Cerrada, obviamente. Probó la ventana. Sellada. No había teléfono. No había forma de comunicación.
Completam







