Mundo ficciónIniciar sesiónEl pasillo del tercer piso del Hospital Central olía a desinfectante y desesperación. Tamara caminaba lentamente hacia la habitación 312, donde Damián Voss yacía inconsciente después de su intento de suicidio. Cada paso se sentía como caminar hacia un tribunal donde ella era simultáneamente juez y acusada.
No venía por amor. Esa fantasía había muerto hace mucho tiempo, si es que alguna vez había existido. Venía porque necesitaba responder una pregunta que la había perseguido durante tres años: ¿qué verdad merecía escuchar este hombre que nunca la había escuchado cuando era su esposa?
En la sala de espera del piso, Ethan permanecía sentado con las manos entrelazadas, sus ojos fijos en la puerta por donde Tamara había desaparecido. Durante cinco noches habían trabajado juntos, planificando meticulosamente la destrucci&o







