¡Yo... me muero de celos...!
En el hospital Angelic sentía que el corazón se le partía en mil pedazos, lo había perdido, había perdido a Dimitrir para siempre. Pero no solamente eso, si no que también él había perdido a esa mujer que lo amó incondicionalmente.
— ¡¿Por qué le dijiste todo eso?! ¡Ahora él piensa que somos amantes, que me acuesto contigo desde que estaba casada con él, me llamó cualquiera, cree que soy una zorra!
— ¡Angelic, él ni siquiera quiso escucharte, no iba a permitir que te siguiera ofendiendo, te pide el divorcio, te deja por otra mujer, y después viene aquí a hacerte una escena de celos! !Ten un poco de amor propio, no mereces que te trate así!
Aunque la bella pelinegra lloraba de pena, sabía que lo que ese CEO desconocido y a la vez su persona más cercana en ese momento decía, no era más que la verdad.
— Debes calmarte, si sigues llorando le va a hacer daño al bebé.
El CEO De Russie intentaba calmar a la mujer embarazada pero no lo lograba, ella estaba muy alterada. Tuvo que s