La tristeza de Angelic.

El CEO De Russie, había logrado que Angelic comiera un poco, con su poder de persuasión no se esperaba menos de él. Y aunque la bella pelinegra trataba de alejarlo, él seguía ahí.

Por la noche estuvieron monitoreando al bebé, Angelic no quería perderlo a pesar de todo. Era su hijo y aún cuando se había divorciado de su padre, ella lo cuidaría y criaría con todo su amor.

El CEO se quedó dormido en el sofá, no se marchó y estuvo pendiente de ellos, tanto de la mujer como del hijo. Angelic no sabía que pensar al respecto, si solo se trataba de un hombre de gran corazón, o si estaba ahí solo para darle la contra.

— Señorita Diamich... — El médico llamaba a Angelic, ya había amanecido y se encontraba sola en la habitación.

— Buenos días doctor, ¿Todo está bien con el bebé? — Fue lo primero que la jóven recién divorciada preguntó.

— Todo está yendo muy bien, de hecho mucho mejor de lo que esperábamos, si siguen las cosas así, podrá irse pronto a casa.

— Esas son muy buenas noticias. Quiero estar aquí el menor tiempo posible. — Angy solo quería estar a solas y dejar salir su dolor. — ¿Sabe si el CEO De Russie... dejó dicho algo? — Al no verlo en el sofá, pensó que tal vez dejaría un adiós con el médico o la enfermera.

— Oh, si, el señor De Russie, dejó contratadas dos enfermeras para que la atendieran en todo lo que necesitara, se nota que se preocupa mucho por usted, él dijo que tenía que ir a trabajar, pero que volvería cuando se desocupara. Teniendo una esposa tan bella, como no va a amarla tanto, ¿Verdad? — El doctor le sonrió amablemente a Angelic, ella no sabía que responderle, así que solo le sonrió de vuelta.

— Por favor doctor alcanceme mi celular, quiero... quiero avisarle a mi amiga que estoy aquí.

— Claro... Solo recuerde que no debe estresarse, es preferible que no reciba noticias que la puedan sobresaltar, ¿De acuerdo?

Angelic asintió, más al quedarse a solas y encender el aparato, ella pudo ver las fotos de su hasta el día de ayer esposo, vestido en ese traje oscuro y camisa color uva que resaltaba el hermoso tono de sus ojos grises, él estaba con ella, la sensual y curvilínea rubia que el amaba.

— ¿No podías esperar un día más para ir tras ella, cierto? Pues bien... Puedes quedarte con esa mujer, yo me quedaré con mi hijo, y nunca más volveré a darte ni siquiera un poco de mi cariño... El que despreciaste por un recuerdo...

La tristeza invadía el pecho de Angelic, le había dado su cuerpo y su alma tantas noches a Dimitrir Darkok, que de pronto se había quedado sin nada. Más sin embargo para él nunca fue suficiente. Solo Giorgiana Ivanova estaba en su corazón.

Por la tarde, casi al anochecer, un elegante hombre vestido en un fino traje, observando el reloj en su muñeca llegaba con portafolio en mano. Tal como lo dijo, apenas se desocupó estaba de vuelta en el hospital.

— Ya estoy aquí, ¿Cómo has pasado el día? La verde mirada observaba cada detalle en la paciente pelinegra, era evidente que ella no quería voltear a verlo, y quería saber por qué. — ¿No piensas saludarme? ¿Dónde quedó todo eso de los modales que hablaste?

— ¡No me molestes, no estoy de buen humor, ya viniste, ahora ya puedes irte, estoy bien, el bebé está bien! ¿No se por que rayos te importa? Pero no quiero hablar con nadie.

Angelic seguía con la mirada fija en la pared, más Aleskey De Russie, no era un hueso sencillo de roer.

— Viste las fotos de tu ex marido con su novia, ¿Cierto? Es por eso que has llorado todo el día. Lo puedo entender. Pero lo que no voy a permitir es que te hundas en la tristeza, no conozco al tipo, tampoco te conozco a ti, pero algo me dice que no te merecías que te dejara de esta manera, así que tú elige, ¿Le das el gusto de destrozarte la vida, o te recuperas de este divorcio y vuelves a vivir? Recuerda que llevas un hijo en el vientre, y que ese hombre no es el único hombre en el mundo.

El Atractivo CEO había dicho algo que no pensó le diría nunca a una mujer embarazada de otro hombre, pero es que ella... Esa mujer era tan hermosa, y su mirada... En su mirada podía ver el mismo cielo. Un cielo que quería para él.

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