Estamos divorciados, no lo llames a él.
Angelic había sido descubierta, eso era lo que menos quería estando en una situación tan complicada.
— Ya he dicho que no hay a quien llamar.
— Señora Darkok, puede que esté molesta con su marido, pero hay un hijo aquí de por medio, lo llamaré aunque usted siga enfadada con él... — El CEO De Russie quería poder deslindarse de este asunto y seguir sus actividades. Estaba por llamar al empresario con el que alguna vez tuvo una reunión, cuando...
— Estamos divorciados, Dimitrir y yo nos divorciamos recién hoy. El matrimonio era solamente un negocio comercial. Ahora cada quien sigue su camino.
Pero para un hombre tan astuto como Aleskey, que sabía leer a las personas, no pasó desapercibido el dolor de la hermosa mujer al hablar de su ex esposo.
Justo en ese momento una notificación que hablaba sobre la élite de la sociedad, enviaba una fotografía del CEO Dimitrir Darkok cenando en un restaurante con su ex novia Giorgiana Ivanova. Fue ahí donde entendió el asunto.
— Está bien, si no quieres llamarlo respetaré eso, ahora lo que importa es que comas algo. Pediré que te traigan la cena.
— No, no tengo apetito, quiero dormir, ¿No tienes cosas que hacer? ¿Un imperio que dirigir? — Angelic no quería ver a nadie, ella estaba sufriendo el desamor de su esposo, la decepción de ver qué no era él quien la trajo al hospital, ella no le importaba ni siquiera un poco.
— Puedo dirigir mi imperio desde donde se me cante, y quiero hacerlo desde aquí. Así que pediré tu cena y vas a comer por el bien del bebé, de lo contrario yo mismo llamaré a tu ex marido que te pidió el divorcio para regresar con su viejo amor.
El CEO De Russie, no era de disfrazar las cosas, y tampoco se podía jugar con su paciencia.
— ¡Tú...! ¿Crees que esa es la forma de hablarle a una mujer en mi condición? ¿Acaso no conoces de buenos modales?
— Por supuesto que los conozco, lo que no soy es hipócrita... — El hombre salió sin importarle mucho que la mujercita se molestara con él.
Angelic ya no pudo soportar más y dejó escapar su llanto, si ese CEO lo sabía, era porque toda la ciudad lo sabía, Dimitrir no había esperado demasiado para correr a los brazos de la rubia que era dueña de su amor.
(...)
En un exclusivo restaurante en el que las personas más adineradas necesitaban hacer reservaciones desde un mes atrás. El CEO Darkok cenaba con la bella rubia de ojos verdes que había sido su novia, pero que debido a que su abuelo lo obligó a casarse con Angelic, tuvo que dejarla.
— Estás muy callado Dimitrir, ¿Qué te ocurre esta noche? ¿Pensé que estarías contento de verme, que querías divorciarte de esa heredera que tu abuelo te impuso?
Giorgiana provenía de una familia adinerada, pero nunca como la familia Diamich, o la familia Darkok, eso y que era una socialité que se la vivía en antros de moda, y perdiendo el tiempo en restaurantes costosos con sus amigas. Fue lo que el viejo amo Darkok, jamás iba a aceptar en su dinastía.
— No hablemos de eso en este momento, ¿Mejor cuéntame qué harás ahora que te establezcas en la ciudad? Me imagino que vas a ejercer tu carrera. — El CEO Darkok era adicto al trabajo, él esperaba que su ex novia tuviera ese mismo interés en crecer profesionalmente. Pero eso estaba muy lejos de ser así.
— Bueno yo... Claro, voy a buscar comenzar mi propia marca, y posicionarla en el mercado de alta gama. — La rubia no esperaba que el CEO esperara que ella trabajara sobre lo que se graduó, ella más bien se imaginaba que él le propondría que se casaran de inmediato.
— Bien, estoy algo cansado, tuve mucho trabajo hoy, te llevaré a casa e iré directo a dormir, mañana tengo una reunión muy temprano. — El CEO no se sentía para nada cómodo, la rubia era sin duda muy bella, tal como la recordaba, pero no parecían conectar intelectualmente, cosas que antes no había notado.
— Dimitrir, yo... Pensé que pasaríamos esta noche juntos, hace mucho tiempo que no estamos juntos...
El CEO de mirada gris, bebió una última vez de su copa de vino antes de decir.
— No es el momento apropiado, Giorgiana. No sería bueno para tu reputación.
La verdad era que nada le impedía llevarse a la sensual rubia a alguna de sus propiedades a pasar la noche, pero todavía no se le pasaba el mal sabor de boca de la forma de su divorcio. Se seguía preguntando por qué su esposa había accedido tan fácilmente a darle su libertad.
Esa noche apenas dejó a la mujer que pensaba seguía amando en su casa, cruzó la ciudad para ir a su villa, algo no se sentía bien, pero él no podía haberse equivocado, ¿Cierto? Su corazón siempre había sido de Giorgiana, ¿Entonces por qué ahora el rostro de Angelic, no se le iba de la cabeza?