La imponencia de los CEOS.

El CEO Darkok estornudó, no se imaginó que su esposa estaba nombrando su nombre, y que se había enfadado con él.

Más tarde cuando llegó el médico, ellos subieron para entrar a la habitación, pero el cerrojo estaba puesto.

El CEO intentaba abrir pero no podía, así que tocó a la puerta.

— Angelic, cariño abre la puerta, creo que se cerró por error.

— ¡No es ningún error, yo mismo la cerré, estoy bien, no necesito ver al doctor, debiste preguntarme primero si quería que me revisaran!

El niño Darkok miró a su padre con sus redondos ojos grises, y susurró.

— Creo que mamá está molesta, me olvidé de decirte que cuando vine a verla y le comenté que habías llamado al doctor porque tenía dolor, ella dijo, !"Dimitrir Darkok, ya verás*!

— ¿Y hasta ahorita me lo dices? — El CEO resopló el hombre. ¡Cariño, no seas obstinada, solo permite que te chequen, quizas las pastillas que te recetaron no son las adecuadas y necesitas un cambio...!

Entonces a Angelic no le pareció tan des
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