Dos días habían pasado, Angelic se negaba a recibir las llamadas del CEO Darkok, ni siquiera lo recibía ni en su compañía, y mucho menos en su casa.
El CEO ruso había ido a la compañía de su amigo Rafael dónde se verían con Doménico.
— ¡Es que...juro que ni el más rico jeque de Arabia me es tan difícil de ver que la mujercita esa que me hace sentir su desprecio a cada momento! — El hombre caminaba de allá para acá sintiéndose rechazado y desesperado por ver a su ex mujer.
— Bueno... ¿Y que esperabas? ¿Quieres que Angelic te diga, oh, Dimitrir que bueno que te arrepentiste de dejarme por la sexy y ardiente rubia, pasa que aquí no ha sucedido nada?
— Por supuesto que no, Doménico, sé que me equivoqué, lastimé a Angelic, desprecié su amor, y ahora ella ya no quiere saber de mí. !Es como si... me aborreciera!
— Quizás te aborrezca por el embarazo, he escuchado de parejas a los que le sucede, la esposa no tolera al marido en todo el embarazo hasta que da a luz. — Rafael daba