Todos, incluso el juez que por supuesto había tenido todo tipo de percances en las bodas que había efectuado, estaban boquiabiertos por la llegada del que se decía el verdadero esposo de la novia, y la rubia que se decía embarazada del gemelos del novio.

— ¿Me estás amenazando Giorgiana? Creo que no tienes idea de lo que soy capaz. — Se le escuchaba decir al mafioso.

— Juez, aquel está el acta de matrimonio, y los papeles de divorcio sin firmar que nunca llegaron al juzgado, está mujer es mi esposa, y no puede casarse con este Imbécil.

El CEO Darkok le acercaba al juez los documentos para que los leyera.

— Es verdad, ellos son esposos, está boda es imposible...

— Me importan un carajo esos documentos, nos va a casar o aquí mismo se muere, Igor, que los hombres disparen a quien se oponga a mi boda, este pendejo de Dimitrir Darkok no va a salir vivo de aquí, fue muy estúpido de tu parte venir aquí sin nada que te proteja.

— ¿Quién dijo que nadie lo está protegiendo? —