POV Gisel Donovan.
No podía seguir así por más tiempo. Cada noche me despertaba con su nombre en la boca y su sabor todavía en la lengua. Aleksei. El hombre que me había secuestrado, drogado y follado hasta hacerme olvidar quién era. Y lo peor era que una parte de mí quería volver a él. Quería sentirlo dentro otra vez, quería odiarlo mientras me corría. Me mentía a mí misma diciéndome que si volvía sería para detener la guerra, para proteger a mi familia. Pero en el fondo sabía la verdad: era por él. Por ese amor enfermo, tóxico, que me quemaba por dentro y no me dejaba vivir. Lo odiaba con cada fibra de mi ser, pero lo deseaba con la misma intensidad. Y eso me estaba destruyendo.
Estaba decidida.
Iba a ir a Roma.
Iba a verlo.
Y después lo mataría con mis propias manos.
El plan empezó a formarse en mi cabeza durante las noches en vela, cuando el palacio dormía y yo contaba los minutos hasta el amanecer. Marruecos era seguro, sí, pero también una cárcel dorada. Mamá y papá no me dejaba