POV Bruno
Desperté con un sobresalto, el sol del Caribe filtrándose por las cortinas como un recordatorio cruel de que el tiempo no se detiene por nadie. Ángela dormía a mi lado, su respiración profunda y constante, el vientre enorme subiendo y bajando como una marea tranquila. Me quedé mirándola un rato, el corazón apretado en un puño: el cabello revuelto sobre la almohada, las ojeras leves por el insomnio del embarazo, esa paz en su rostro que había luchado tanto por darle. Nueve meses. Nueve meses de ella llevando mi futuro dentro, y yo a punto de jugármelo todo en una mano de póker con el diablo.
No había podido dormir. La nota ya estaba escrita, doblada con cuidado sobre la almohada. "Te espero en el patio. Prepárate, nos vamos de viaje." Una mentira piadosa. Un viaje del que tal vez no regresara. Me incliné y besé su frente, inhalando su aroma —jazmín y piel cálida— como si pudiera llevarlo conmigo.
Bajé al patio, el aire salado quemándome los pulmones. Fabiola ya esperaba, fusil