POV Ángela
Los primeros destellos del día apenas se filtraban a través de los ventanales de la mansión, no había disfrutado mi primer amanecer en los brazos de Bruno cuando el sonido de helicópteros y motores lujosos invadió el ambiente. Una visita inesperada. Una figura del pasado. Kasandra.
Apenas cruzó la entrada con sus tacones y ese perfume fuerte que exudaba poder, supe que no estaba sola. La acompañaban dos hombres vestidos de negro y, atrás, un pequeño grupo de jefes de la mafia rusa. Todos habían sido llamados de manera urgente. Desde el balcón interior que daba al gran salón, observaba sin ser vista por un momento.
—Estamos en problemas —anunció sin un saludo, su mirada fría escaneando la sala hasta detenerse en mí—. Italia está en llamas. El capo y sus hijos fueron asesinados en su propia casa. Esto podría marcar el comienzo de una guerra total.
Me mantuve en silencio, sentada en un rincón del salón. Bruno estaba en el centro, dominando con esa calma mortal que lo definía.