Noah en la ducha.
Como Emma no salió de la ducha para ver que sucedía, Noah aprovechó y entró a la habitación de la chica, escuchó la música, la voz de Emma cantando, se quitó la ropa y cuando la chica estaba mas descuidada que nunca, él entró y la abrazó por la espalda, haciendo que ella diera un salto provocado por el susto que sintió al sentirse abrazada por alguien de quien no tenía idea.
-Soy yo Em, por favor, no te asustes, déjame solo abrazarte, sentir tu piel, te extraño, no tienes idea de cuánto.
-Sí, eso se notó cuando entré hoy a tu oficina, Noah, por favor déjame en paz lo peor que me ha podido pasar es haberte conocido y haberte creído, no tienes una idea del daño que me has hecho, no Ernesto con todo y su traición, ha logrado despedazar mi corazón como lo has hecho tu, ahora no me vengas a decir que me extrañas.
Noah no soltaba a la chica, él se aferraba a la esperanza de que Emma lo perdonara y que aceptara la explicación que tenía que darle desde el día en que le mintió diciéndole que