Al llegar al edificio se sorprendió, era muy imponente y elegante, la hicieron esperar en la recepción un buen rato, la chica se comunicaba con alguien y la repasaba con una mirada de ceja alzada, finalmente le dieron un gafete de visitante y pudo llegar al piso que le indicaron, al salir del ascensor se topó con una reina de belleza o eso le pareció al verla.
–¿Eres Katia Gutiérrez?
–Sí, soy yo.
–Sígueme, Enzo me dijo al llegar que a partir de hoy tendría ayudante, realmente no te necesito, pero ya que estás aquí, te diré qué hacer y, por favor, no cometas errores, Enzo no los tolera y yo tampoco.