Enzo despertó poco antes del amanecer debido a que Patricia dio un giro saliéndose de sus brazos, él la observó y continuaba durmiendo profundamente, sonrió levemente con satisfacción y decidió regresar a su dormitorio.
Cerró la puerta tras de sí, se acostó en su cama y suspiró profundamente repitiendo en su mente las palabras de Patricia: “Cállate y bésame”. Palabras que lo elevaron y lo hicieron actuar distinto, la miraba mientras la embestía quería grabar en su mente cada gesto, hizo todo lo que sabía para lograr escucharla gemir bajo su cuerpo, fue glorioso y quería seguir haciéndolo por siempre.
Durmió una hora más y se levantó con ganas de comerse el mundo, se arregló y salió de la casa en la cual todos dormían todavía, se dirigió a su automóvil y pidió que l