Llegaron a lo que parecía una casa abandonada, era una gigantesca casa estilo romano, podría ser del siglo dieciocho, era espectacular.
-Qué lugar más hermoso, no imaginaba que cerca de la ciudad hubiese algo como esto, dijo Zaira bastante asombrada.
-Sabía que te gustaría, era la casa de mi abuelo, cuando crecí dejé de venir a este lugar, cuando él se hizo mayor lo llevé a vivir conmigo, siempre me decía que deseaba volver al lugar en donde fue feliz con mi abuela y nunca pudo hacerlo.
-¿Es tuya, podemos entrar?
-Sí, es de mi propiedad y claro que podemos entrar, está un poco descuidada y sucia, aun tiene los muebles viejos que tenían mis abuelos, por dentro es más bella aun, dijo Dante con algo de nostalgia.
Sabes, antes yo venía y limpiaba, me llevaba todo el mes limpiando la casa, no tenía tanto trabajo ni la empresa había crecido tanto, ahora hace poco más de un año que no venía por acá.
-¿Usted limpiaba, porqué?, tiene suficiente dinero como para pagar a alguien que lo haga.
-Po