EN LA RECEPCION.

Zaira bajó y volvió a tomar asiento donde le correspondía, Dante no despegó sus ojos de la chica.

A la hora de dar el discurso final, Dante se levantó de donde estaba sentado en el puesto de honor en la mesa principal, imponente, no había mujer que no mirara a aquel espectacular hombre de traje entero hecho a la medida por los mejores diseñadores.

-Buenas noches y felicidades, yo no soy de dar discursos extensos y esta no será la excepción, así que solamente diré a la estudiante Zaira Smith que tiene un puesto en mi empresa y que la espero mañana mismo para que comience a trabajar, las personas como ella, que son dedicadas a lo que desean conseguir, merecen todo, será un honor y una alegría para mi contar con su presencia a mi lado, dijo el hombre mirándola fijamente mientras que todos hasta los de la mesa principal hacían comentarios, ya que Dante Fabbri, jamás había hecho algo así, seguramente lo hacía por ser la chica que superó con el promedio perfecto, el que él tenía en la universidad como el más alto hasta ahora.

Zaira bajó la cabeza, ella sabía a qué se refería el hombre con tenerla al lado, ella lo había conocido como una prostitut@ y ahora de seguro Arnold y Dana estarían felices de que ella trabajara con él, ya que era una gran oportunidad.

Salieron del gran salón rumbo a la recepción, una cena, un baile, aquel lugar denotaba lujo por todo lado, la universidad era la mejor del área, así que no se podía esperar menos.

Ubicaron a todas las personas en sus respectivas mesas, Arnold tuvo que quedarse fuera mientras atendía una llamada, Dante que nunca asistía a la recepción, curiosamente esa noche decidió ir.

Cuando Dante entró a la recepción todas las miradas se posaron en él, el apuesto hombre ignoró a todos y movió sus influencias para que lo instalaran en la misma mesa en la que estaba Zaira, él se había dado la tarea de averiguar qué relación había entre el hombre de cincuenta años y Zaira Smith, porque no podía creer que ella se hubiese enamorado de Arnold Stone, cada noche desde que los vio juntos y ella diciéndole que lo amaba, se hacía la pregunta de ¿Por qué esta chica se enamoró de este hombre, porqué no quiere salir una vez más conmigo y con él sí?

-Buenas noches nuevamente, parece que les haré compañía esta noche. Dijo Dante extendiendo la mano a Berat y a Dana, a quien le besó la mano como el caballero que era.

Nos volvemos a ver muy pronto Zaira Smith, dijo mirando a la chica.

-Buenas noches señor Fabbri, ¿dijo que se llamaba?

-No, no lo dije yo, lo dijo la maestra de ceremonias, dijo el hombre sonriendo.

-¿Otro cliente? Preguntó el hombre al oído de Zaira.

-Creo que no es su problema señor.

-Bien, como tú digas, no te dejaré en paz hasta que aceptes salir conmigo otra vez.

-Pues ármese de paciencia señor, porque no va a suceder.

-Buenas noches señor Fabbri, no sabía que tendríamos el honor de tenerlo como compañía, dijo Arnold al llegar a la mesa.

-Señor Stone, que sorpresa, no sabía que acompañaba a la señorita Smith.

-Sí, mi princesa cuenta conmigo siempre, más aun en algo tan importante como su graduación.

-¿En serio Zaira, este tipo te llama mi princesa y a ti no te molesta? tiene la edad para ser tu padre, dijo Dante objeto de sus celos.

-No, no me molesta, ¿por qué habría de molestarme señor Fabbri?

-Cierto, había olvidado por completo a que te dedicas, a sacarle dinero a los hombres para tus gastos y gustos Smith, dijo él haciendo sentir bastante mal a la chica.

-Señor Fabbri, nunca lo entendería, todo tiene una explicación y usted es con todo respeto un completo imbécil por no darse cuenta, dijo ella herida en lo más profundo de su alma.

-Señor Fabbri, que honor que mi princesa trabaje a su lado, eso le va a ayudar a aprender del mejor, le había dado un área en mi empresa, pero sería estúpido de mi parte pretender que Zaira rechace su oferta.

-Pues no aceptaré la oferta del señor Fabbri, ya había dado mi palabra que trabajaría en tus empresas y es algo que no va a cambiar en absoluto, eso está decidido.

-No mi amor, no hay problema de que trabajes con el señor Fabbri, es lo mejor que te puede suceder, aprenderás en tu área y del mejor.

Zaira no dijo absolutamente nada y miró a su madre quien observaba la situación, a Dana no se le pasaba nada, ella sabía que Dante Fabbri estaba interesado en su hija y que a la niña de sus ojos no le era indiferente el hombre.

Berat comenzó a hablar con Dante sobre la economía en Turquía, era un hombre de negocios y aparte de todo economista, así que pasaron el tiempo hablando de todo un poco.

Sirvieron la cena, Dante pidió una botella de champaña al mesero quien de inmediato volvió con la botella, el hombre la abrió y sirvió en cada una de las copas.

-Bien, un brindis por esta mujer que ha demostrado que es bella e inteligente, dijo Dante mirando a Zaira y de paso observando la reacción de Arnold.

-Por mi princesa, dijo la madre de Zaira con sus ojos llenos de lagrimas, la niña de mis ojos, que hace todo por su madre, por verme feliz, te amo mi vida.

A él ya se le había quitado de la mente que Zaira podía tener algo que ver con Berat, esto solo en el momento en que Arnold llegó a la mesa.

Él no la dejaba en paz, la acompaña a todos lados, de verdad que esta chica se enamoró perdidamente de este viejo y él por supuesto que a su edad ni imaginar que una mujer así podría interesarse en él.

Dante estaba convencido de que tenía que enterarse de lo que sucedía, ya se había hecho a la idea de que la madre de Zaira era una mujer interesada igual que su hija, porque permitía que la chica se prostituyera por dinero y le parecía bien, al punto de que trataba a Arnold y a Berat como familia, eso solo significaba que aceptaba esa descabellada relación.

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