Allí estaba él…
Bakir estaba rodeado de varios hombres, con armas largas, se bajaban de un todoterreno, mientras tiroteó rápidamente la camioneta donde Zahar y Kereem venían, asesinando al conductor y al hombre que venía en frente como guardia.
Zahar tomó en arma del suelo y lo apunto rápidamente, manteniendo su adiestramiento a pesar de su estado. Su cuerpo apenas se cubría con la chaqueta de Kereem y sabía que tenía solo segundos para negociar.
Las camionetas de Asad y su equipo estaban a unos tres minutos para llegar, y sabía que Bakir debía actuar rápido. Si ella no se entregaba a Bakir y se negaba a luchar, tal vez Kereem pudiera tener tiempo de que vinieran por él.
—Baja el arma… sabes que estás perdida. ¿Qué hiciste? —ella tembló.
Estaba completamente débil, su hombro seguía sangrando y todo el cuerpo le titilaba.
—En tres minutos… —sus sientes se estrellaban—. En tres minutos llegarán…
—Tiempo suficiente… —Bakir avanzó y Zahar dio un disparo haciendo que él abriera los ojos un