Capítulo 14: Pavimento de sangre y silencio.
El viaje fue largo, silencioso, a través de paisajes desolados. Finalmente, los vehículos se detuvieron frente a lo que parecía un almacén industrial abandonado en las afueras de San Petersburgo. Nada en su exterior delataba el infierno que albergaba. Hombres armados, más boyeviki de mirada dura, custodiaban la entrada pesada de metal. El Pakhan bajó, seguido por Viktor, cuyo rostro había recuperado su impasibilidad de hielo, y luego por Gianni. El mensaje era claro: Esto es el corazón de la bestia. Entra si te atreves.
— Sobra decir que mi hija no debe enterarse de esto —murmuró el Pakhan a Gianni, sin mirarlo, mientras caminaban hacia la puerta.
Gianni asintió, un movimiento de cabeza casi imperceptible. La puerta metálica se abrió con un chirrido siniestro.
El impacto sensorial fue brutal. El aire cálido, pesado y cargado de sudor, sexo, sangre y drogas baratas golpeó como un muro. La música techno pulsaba como un corazón enfermo, las luces estroboscópicas y neones rojos y azules d