"Manuela"
En la habitación, me puso de pie y alejó su rostro, mirándome como si examinara minuciosamente mi cara en busca de alguna vacilación. Sus ojos tenían un brillo como si fueran dos llamas encendidas y me besó una vez más. Fue un beso de pura lujuria y deseo, como si fuera a devorarme entera.
Por la habitación había velas encendidas dentro de recipientes de vidrio transparente, de las cuales emanaba una luz dorada y un aroma ligero de sándalo, lo que daba al ambiente un aspecto aún más íntimo y romántico. Sobre la mesita de noche un arreglo de lisianthus rosa destacaba y la música que sonaba en la sala seguía escuchándose en la habitación a través del sistema de sonido. Eran detalles que él había planeado para mí y eso llenó mi corazón de alegría.
—No tienes idea de cuánto te deseo, no imaginas los sueños que ya he tenido contigo, no sabes cómo pasé el día ansioso hoy. —Flavio iba diciendo, con la frente pegada a la mía y colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja,