Los desamores y la infidelidad de su ex prometido ha quedado en el pasado, ahora con una mudanza con su familia al otro lado del mundo, Lilly Bradley comienza de cero junto a ellos. Con una carrera prometedora y muchas solicitudes en línea, Lilly finalmente encuentra trabajo en una empresa muy importante como la nueva administradora del conglomerado Johnson. Jackson Johnson es dueño de un gran imperio de bienes raíces en todo Estados Unidos, detrás de aquel rostro enigmático no hay nada más que solo un hombre desconfiado, obseso del control y con una vida privada demasiado hermética, y debido a ello, su madre se obsesiona con hacerlo sentar cabeza a sus treinta años con citas a ciegas pero siempre fallando, así que prepara un plan para hacerlo caer en las redes del amor… “La mentira gana bazas, pero la verdad gana el juego.” ¿Será? Primeros capítulos gratuitos. Se actualiza lo más seguido posible :) (Casi a diario)
Leer másNew York, Estados Unidos
Jackson
Di un largo sorbo a mi taza de café y sentí la calidez cuando se deslizó por mi garganta, era el mejor momento del día. Terminé de leer el análisis de ventas de fin de mes. Una mesera se acercó y dejó sobre la superficie de la mesa una rebanada de pastel, arrugué mi ceño y levanté la mirada hacia a ella.
―No he ordenado esto. ―ella sonrió apenada y sus mejillas se tintaron de un rosa pálido.
―Es cortesía de la casa. ―alcé mis cejas con sorpresa.
―Oh, gracias. ―apenas pude hacer sonrisa a medias.
―Qué tengas bonito día. ―y sin esperar a que respondiera a eso, desapareció.
―Vaya…―luego retomé la mirada a mi tableta.
―Señor Johnson…―escuché a mi lado, suspiré al saber que ya era hora de irnos.
― ¿Tan rápido? ―soné algo irritado.
―Tiene reunión a las nueve, tenemos diez minutos para llegar al edificio.
―Bien, bien, ―guardé mi tableta, tomé el resto de la taza de café y me levanté para tomar mi abrigo ya que estaba haciendo un frío del demonio. Esquivé las mesas para llegar a la puerta de la salida del local. Al salir, me detuve al ver a una mujer pelirroja en un abrigo rojo sangre, ella me sonrió.
“No puede ser.” Dije en mi interior.
―Jackson, esta vez no te vas a escapar, desayunemos juntos. ―caminé hasta a ella ya que bloqueaba la puerta de la camioneta blindada.
―Creo que lo dejaremos para otro día, tengo una reunión a las nueve y tengo nueve minutos para llegar al edificio.
Ella intentó hacer un puchero.
―Anda, baja un poco el ritmo de trabajo y ven a desayunar conmigo.
―Realmente no puedo, Georgina. ―la esquivé educadamente haciendo que ella se hiciera automáticamente a un lado.
―Me debes entonces un desayuno…―soltó de repente, aun no cerraba la puerta del auto, cuando giré mi rostro a ella.
―Yo te llamo…―luego cerré la puerta, espero ella a que bajara el vidrio tintado, pero se quedará esperando. El auto comenzó a moverse y finalmente pude suspirar.
―Odio las citas a ciegas. ―murmuré, mi guardaespaldas sonrió, lo vi por el retrovisor. ―No entiendo el apuro por meterme en una relación.
―Su madre desea verlo en un futuro casado y con familia.
―Solo tengo treinta años, aún me falta camino antes de sentar cabeza, de vivir… ―giré la mirada hacia la ventanilla, ¿Qué es lo que vas a vivir? Estás en automático, Jackson. Solo en automático. En tu cabeza tienes solamente negocios.
―Pero con la señorita que acaba de ver creí que había hecho química…―comentó mi hombre de seguridad, Richard.
―Recuerda, todas las mujeres que se acercan a mi madre o a mi familia, es por qué quieren acercarse a mí, y si se acercan a mí, tienen fama, conexiones y sobre todo, a amarrarme en santo matrimonio y claro, mi madre feliz. ―solté un bufido. ―Soy como el boleto de lotería…―Richard asintió con una sonrisa sin despegar la mirada del tráfico.
***
Al terminar la junta de las nueve, me centré en las nuevas propiedades que iba a adquirir, me había encantado una propiedad en Los Hamptons, el terreno era extenso, playa privada y la zona solo había un par de casas vecinas, entre más lejos de las miradas de los extraños, mejor.
Tocaron a la puerta y anuncié que podían entrar, escuché cuando la puerta se abrió, cuando levanté la mirada, sonreí al ver a mi único hermano: Jacob.
― ¡Buenos días, bro! ¿Interrumpo algo? ―negué rápidamente.
―Buenos días, pasa, pasa. ¿Qué traes ahora entre manos? ―Jacob soltó una carcajada.
― ¿Qué no puedo venir a ver a mi hermano menor? ―puse los ojos en blanco por un momento.
―Solo por tres segundos. No alardes, idiota. ―Jacob era mi mellizo, él se sentó en la silla del otro lado de mi escritorio.
―Bien, bien, tengo seis clientes más para el proyecto de casas ecológicas. El decir que soy tu hermano, ha comenzado a atraer más clientes…―negué en silencio.
―No digas eso, tú también llevas el apellido Johnson.
―Pero me preguntan: ¿”Johnson”? “¿Eres hermano de Jackson Johnson?” “¿El dueño del conglomerado de bienes raíces?” Obvio que dudan al no ver el parecido entre los dos, tú castaño y yo rubio. ―presioné mis labios, él soltó una risa a mi irritación. ―Por cierto, nuestra madre no hizo buena elección con tu nombre.
―Ya vas a empezar…―murmuré entre dientes.
―En serio, hubiera quedado bien: “Jack Johnson” pero Jackson Johnson…―sonrió sarcástico, le encantaba fastidiarme con mi nombre que sonaba extraño al juntarlo con el apellido familiar. ―En cambio, Jacob Johnson, suena como…
―Actor de porno, si, si, si, anda, dime a que has venido, tengo…―miré el reloj. ―Tengo otra junta en quince minutos, luego salgo a Los Hamptons a ver unas propiedades.
―Bien, iré al grano. ―Se acomodó en la silla y sonrió. ―Acompáñame a una cita a ciegas. ― Arqueé una ceja.
―Dile a nuestra madre que no necesito otra cita a ciegas, ¡Por Dios! ¿Qué es lo que le pasa estas semanas? Hablar con ella se está volviendo un martirio con eso de las citas a ciegas. ―Jacob sonrió. ― ¿Por qué no se centra mejor en ti? Tú necesitas una mujer en tu vida, a ver si así el arquitecto de la familia, sienta cabeza, le dé nietos y una nuera.
― ¡Na! Yo soy un alma libre, un hombre que prefiere gozar y amar a las mujeres en mi cama y luego al otro día, “Un gusto que me hayas conocido, yo te llamo.”
―Cabrón. Solo pido al universo estar ahí para verte perder la cabeza por una mujer y que te trate igual para que veas lo que se siente.
―Eso nunca sucederá, Jack, jamás.
―Nunca digas nunca, JJ.
¡Queridos lectores! les cuento que esta historia empezará a participar en el concurso "¡El final feliz!" de Buenovela, espero le puedan dar mucho amor, así como sus "me gusta" y agregarla a su biblioteca, no olvides dejar tu comentario :)
Jackson Johnson Tiempo después… Me miré en el espejo intentando arreglar mi cabello rebelde, escuchaba a lo lejos los gritos de los invitados, así como el que Lilly me apurara a bajar. Estaba nervioso, hoy era mi cumpleaños y nuestro aniversario de bodas y, aunque nunca festejaba mi nacimiento, si festejaría el que me casara con la mujer más bondadosa y hermosa del mundo. Escuché pasas acercarse y una sonrisa apareció en mis labios, sabía que vendrían a buscarme para ejercer presión, lo primero que hice fue esconderme debajo de la cama con total rapidez, entonces vi los dos pares de pies caminar de un lado a otro por la habitación. Estuve a punto de reír, pero me aguanté, entonces recordé que mi camisa se arrugaría y casi estuve a punto de maldecir, pero sería meter un dólar en el frasco de “Groserías” y no les daría el gusto a esos pequeños. Las risas se escucharon y luego solté un grito fingiendo ser el monstruo debajo de la cama, ellos salieron corriendo de la habitación mientras
Lilly BradleyDía de la boda.Me miré de nuevo en el espejo de cuerpo completo, estaba impresionada del reflejo en él. No podía creer que yo, Lilly Bradley futura esposa de Jackson Johnson, estaba a unos cuantos pasos de dar el sí ante Dios, ante nuestras familias e invitados. Sentí mi corazón latir como un loco, amenazando con salirse de mi pecho.— ¿Estás bien? —escuché la voz de mi madre sacándome de mi impresión. Se puso a mi lado para vernos ambas en el reflejo del espejo, se miró mi madre emocionada. —Te ves hermosa, nunca pensé que algún día tendría la dicha de verte vestida de novia. —tomé su mano y la apreté con nervios.—Madre, tengo la dicha de tener a mi familia en este día, —intenté controlar las lágrimas.— ¿Y sabe Jackson que estás…embarazada? —mis ojos se abrieron de par en par, sentí como mi piel se puso como piel de gallina, ella sonrió emocionada.— ¿Cómo lo sabes? —apenas mi pregunta salió de mi boca.—Eres mi hija, nosotras las madres tenemos un sexto sentido, el
Jackson Johnson— ¿Qué? ¿El próximo fin de semana? ¡Estás loco! Tienes que darme más tiempo, mandar hacer las invitaciones, la loza, el banquete…—levanté la mano para que se detuviera, mi madre soltó un manotazo para retirar mi mano. — ¿Qué es lo que pasa? ¿Dónde están los seis meses para la boda? ¿Y la fiesta de compromiso? ¿Está pasando algo de lo que desconozco en este momento? Dímelo o mi cabeza se creará unas historias que me ponen el pelo de punta, Jackson. —una pregunta tras otra, puse mis manos en sus hombros y la senté en el sillón del que se había levantado.—Tranquila, respira, por favor. —hizo caso, me senté en el sillón de al lado y la miré detenidamente, sus ojos oscuros me miraron fijamente en espera a que le diera respuestas. —Queremos hacerlo ya, ¿Por qué hay que esperar? Sabes que si por mi fuera, llevaría al ayuntamiento a Lilly para casarnos hoy mismo.—Apenas tienen dos meses que están juntos, no han disfrutado del noviazgo como se debe, los seis meses se me hacía
Lilly Bradley Hospital New York-Presbyterian —Aquí tiene sus resultados—anunció la enfermera, los tomé y antes de abrirlos, me detuve al escuchar que no había terminado de hablar. —Tiene que pasar con el doctor general, él le explicará a detalle el interior de esos análisis. —Gracias. —me mostró el consultorio y sin darme cuenta, alguien se puso a mi lado, giré mi rostro y era mi madre. —Madre… —Te he visto pasar, ¿Qué haces aquí? —me tensé, ella desvió la mirada al sobre que tenía en mis manos. — ¿Recuerdas la obsesión de Jackson para que me hiciera de nuevo los análisis? —ella arrugó su ceño y luego asintió. —Los hice y apenas he podido venir a recoger los resultados. —Eso fue hace semanas, ¿Por qué hasta hoy? —Madre, tengo mucho trabajo y se me ha ido de la cabeza. —Tienes que organizarte mejor. —le llamó una enfermera y luego se despidió de mí dejándome frente al consultorio del doctor. Después de unos minutos que espero, la enfermera me llama para que entre, lo hago, el do
Un mes después… Lilly Bradley —Ya está todo listo para la noche de compromiso—dijo Isidora mirándome con emoción. —La lista de invitados son de cien personas en eso incluye los más cercanos a las dos familias, ¿Viajará tu abuela desde Londres? —asentí. —No quiero que piense que soy mala educada pero tengo una reunión en diez minutos y tengo que subir a la oficina por lo que necesito—ella sonrió. —No eres mala educada, hija, sé qué no debí de venir en horario laboral, pero quiero tu aprobación en esto. —sonreí educada. —Lo tiene, además tiene buen gusto en todo, no tengo problema con que me ayude a elegir o usted lo apruebe. —le guiñé el ojo, ella sonrió más emocionada. —Confío en sus decisiones. —Bien, con eso me das luz verde, —nos levantamos al mismo tiempo, nos despedimos con un beso en la mejilla y el abrazo que dura más de lo normal, al parecer de nuevo va a romper en llanto, se separó de mí y se abanicó el rostro con su mano—Lo siento, estoy muy emocionada. —luego nos desp
Lilly Bradley —Cariño, ¿Podemos…darnos una segunda oportunidad? —Jackson no necesitó palabras para darme una respuesta, sus manos en mi rostro, sus labios contra los míos, era todo lo que bastaba en este momento, llegamos al pie de la cama y era como si hubiéramos estado separados mucho tiempo, ya que se sintió como nuestros cuerpos se añoraban, mi corazón latió a toda prisa, lo único que quería era estar con él. —Te haré el amor, Lilly Elizabeth Bradley—dijo cuándo se separó de nuestros labios. Tomó mi mano y la otra la pasó por la cintura, entonces sonrió débilmente, y comenzó a movernos lentamente, como si hubiera música en la habitación—"Los hombres sabios dicen..."—comenzó a cantar bajito sin dejar de mirarme—..."solo los tontos se precipitan..." —dejó un beso en la punta de mi nariz—"Pero no puedo evitar enamorarme de ti..."—mi labio inferior tembló—"¿Debo quedarme? ¿Sería un pecado si no puedo evitar enamorarme de ti?" —su voz se fue haciendo más baja cuando terminó de cantar
Último capítulo