CAPÍTULO 75. De un escándalo público a un padrino encubierto
CAPÍTULO 75. De un escándalo público a un padrino encubierto
El día del bautizo de Joy amaneció con un sol espléndido, como si hasta el clima hubiera decidido colaborar con la familia Wyndham por una vez. Maggie se sentía nerviosa pero feliz. Y Jackson, bueno, él fingía estar tranquilo, pero cada dos segundos revisaba la lista de invitados o le preguntaba a alguien si ya habían ubicado bien la seguridad. En el fondo, estaba más inquieto que nadie, aunque lo disimulaba con esa expresión de “todo está bajo control” que ya nadie le creía.
La ceremonia se celebró en la hermosa capilla que el señor Wynham había reservado. Todo era elegante, sobrio, con ese aire de “aquí hay dinero, pero no tenemos por qué estar gritándolo”, que claramente era una forma elegante de gritarlo. Maggie llevaba un vestido blanco que le caía como una caricia, y Joy, en sus brazos, parecía una muñeca de porcelana con su faldón bordado.
Jackson dijo unas palabras que hicieron que más de uno se limpiara las lágrimas