CAPÍTULO 74. De una mujer convaleciente a verdades insoportables
CAPÍTULO 74. De una mujer convalesciente a verdades insoportables
Pamela se quedó paralizada en el umbral del salón, como si acabara de ver un fantasma con rímel corrido. Maggie estaba ahí, de pie, viva, con su sonrisa sarcástica y su cabello ondulado enrojeciendo la parte superior de sus hombros, porque ni un secuestro lograba tumbarle la dignidad capilar. Y a Pamela se le borró la sonrisa en un segundo.
—¿Qué demonios...? —preguntó, mirando a Jackson como si él fuera el traidor en una telenovela de mediodía.
No era como que no supiera que su hijo habría logrado rescatar la vagabunda, pero tener que enfrentarla en ese momento cuando ya había ido con otra pelea en mente…
Pero al final tuvo que tragarse su frustración y decidió ignorarla por commpleto. Girándose hacia su hijo, que quería que la tierra se la tragara allí mismo.
—¿Cómo pudiste, Jackson? —le escupió Pamela sacudiendo unos papeles frente a él, que tenían el letrero grande de Demanda de Divorcio en la primera página—. ¿Cómo