Constanza
Al salir del baño, me invade la rabia más insoportable que he sentido en mucho tiempo, pero trato de mantenerme calmada y con la frente en alto.
Cillian me afecta a niveles inhumanos, y saber que sigue teniendo cierto poder sobre mí solo agrava mi miedo de que algo le pase a Omar dentro de prisión. Sin embargo, no puedo sacarlo a relucir. Tengo que ser fuerte como lo he sido siempre.
—Hija, ¿estás bien? —me pregunta Lucy cuando llego a la sala de espera—. Te tardaste mucho.
—Me sentí un poco mal del estómago —confieso—. Esta situación me recuerda demasiado a cuando le pasó a mamá.
—Te entiendo, cariño —suspira—. Ya empiezo a arrepentirme de haberte pedido que vinieras.
—No, para nada. Me alegra que me hagas partícipe de lo que pasa en la familia, incluso antes de casarme con Damon.
—Tienen que casarse cuanto antes —responde con seriedad—. No me quito de la cabeza que podrías estar embarazada.
—Prefiero no apresurarme a pensar en un embarazo —sonrío—. La verdad, sería casi imp