Constanza
—¿Y cuándo planean casarse, chicos? —pregunta Ferney mientras comemos.
Cillian no deja de comer. El muy cabrón sabe que esta batalla la tiene ganada, aunque también entiende que soy yo quien dirige el rumbo de la guerra.
Jamás he vivido algo tan excitante.
—Lo más pronto posible —responde Damon, besando mi mano donde brilla el anillo—. No queremos uno de esos noviazgos eternos.
—Pero solo llevan unos seis meses de conocerse, ¿no es así? —pregunta Cillian—. Digo, tal vez deberían…
—Sí, pero todo entre nosotros siempre ha sido rápido —le digo con una sonrisa—. Ambos estamos plenos en todos los sentidos y sabemos lo que queremos.
—Sí —secunda Damon, asintiendo—. Ya hemos disfrutado bastante solos, así que ahora lo vamos a compartir. Además, tampoco vamos a tener hijos demasiado pronto.
—Ay, no —bufa Lucy—. Aunque no lo parezca, cada día me hago más vieja. Sería hermoso que me dieran un bisnieto.
—Mamá, no puedes presionarlos —le dice Carl—. Ellos decidirán cuándo es el momento c